Con los contagios que se están produciendo, que se traduce en el confinamiento de parte de los alumnos de clase y personal docente y no docente, con la correspondiente falta de asistencia física al instituto lo que conlleva no poder hacer los exámenes, explicaciones, tareas, etc. y aunque se pongan en internet no están en las mismas condiciones que los otros alumnos en están en clase, y para el profesor es una carga extra de trabajo.
Hacer constar que en algunos grupos la ratio en clase es de 30 alumnos más el profesor, por lo que el aire en aquellos que son presenciales al completo, el CO2 que se genera puede llegar al límite en determinadas circunstancias.
El poder garantizar un aire lo suficientemente limpio como para que el riesgo de contagio sea mínimo, mejora de forma directa, la práctica docente y evita el desfase que se produce entre los alumnos que asisten de forma presencial y los que se tienen que quedar en casa.
También el control de unos niveles óptimos de CO2, mejora el rendimiento de los alumnos y la práctica docente cómo se pueden consultar marco teórico en el que se sustenta la investigación de las publicaciones anteriores.
La evaluación y control de la ventilación de las aulas podría incluirse como parte de la actividad educativa. Los alumnos de los últimos cursos de Educación Secundaria o superior, guiados por el profesorado de ciencias, podrían evaluar cuál es la mejor estrategia para mantener la correcta ventilación de las aulas. Serviría como estrategia de desarrollo de competencias y aprendizaje de contenidos propios de las materias STEM. matemáticas, tecnología, informática, química y física básica aplicada por alumnos y profesores para hacer que los centros escolares sean espacios más seguros.
El confort térmico también es otro parámetro a tener en cuenta tanto en invierno, con las bajas temperaturas como en verano que en las plantas superiores hace que la temperatura sea muy elevada, se pueda mejorar.